sábado, 6 de julio de 2013

Noche de verano.

El suave y lento abrazo de la marihuana
Despierto largo rato sin saber que hacer con mi vida
Pasadas son las tres de la madrugada
Tan solo pueden ayudarme estos acordes de guitarra
Papel y tinta para poder trazar la huida.

Lejos.

Dime que hacer conmigo mismo
Oscura noche, luminosos los pensamientos
A todo esto cada vez me cuesta más darle sentido
Sin embargo, es bien sabido, el agua fluye por donde fluye el río,
que el navío surca mares hacia allá donde soplen los vientos
Encallar finalmente en la orilla es su destino.

Hundidos en el negro océano del manto estrellado
Alocadas palabras y macizos sueños perdidos en la nada
Que urgen recordar todos esos momentos que creía olvidados
Que nacen desde el fondo y se muestran sin descaro
Sin miedo a derramar lamentos y murmurar alguna lágrima
Mi presente no admite reconciliación con el pasado.

¡Oh noche de verano interminable!
Soy un resquicio a tu deriva
Acompáñame a lo largo de esta soledad implacable
Permíteme liberar esta mente cautiva.


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