Actitud de derrota.
Yo no quiero que mis miedos y los tuyos hagan tratos entre ellos.
Yo no quiero que mis enemigos hagan tratos entre ellos,
Y se repartan el horror.
Y reduzcan a cenizas el hogar de personas buenas e inocentes
Que lleven la guerra a escuelas llenas de niños
Enfrentando a profesores, médicos, mercaderes y escritores
Y violen el alma de cuerpos ahora fríos y vacíos.
No quiero una viudad bombardeada y convertida en ruinas
Donde se atrincheran y mueren los rebeldes del odio.
Yo no quiero treguas como paso hacia la dictadura
No quiero habitantes humillados y rendidos ante el vencedor.
Ni obras de arte, expresiones de la belleza,
Recuerdos expoliados y expuestos en museos lejanos,
Ajenos.
No quiero ser el trofeo de nuestros miedos.
Yo no quiero la guerra
No quiero nubes de pólvora
Que impidan ver el sol.
Yo no quiero vagar entre escombros,
De un templo milenario.
Yo no quiero vida entre ruinas.
Yo no quiero sirenas amenazantes que resuenen en altavoces
Quiero musicos que hagan sonar sus instrumentos por las calles
Y canten historias de sirenas y marineros.
Yo no quiero tanques acorazados
Que disparen de una colina a otra
Cuando ya no quedan edificios entre ellos.
¿Quién es el héroe?
¿Huimos de nuestra cama,
Y nos morimos de frio por el camino de la esperanza?
¿Nos atrincheramos en las ruinas de nuestra casa,
Y combatimos en nuestro rol de rebeldes del odio hasta la muerte?
¿Nos rendimos y vivimos
Si es que a eso se le puede llamar vivir?
No dejemos que nuestros miedos hagan tratos entre ellos
Ellos son el bando débil
El amor siempre será más fuerte que el miedo.